Por qué lo dices, porque crees que me conoces o porque sabes que me conoces? Porque vamos, dudo mucho que sepas que mi sabor favorito es el algodón de azúcar, que me ciudad preferida es Nueva York, que me gusta mi pelo enredado y los ojos negros cuando me acabo de levantar, tomar limonada en invierno, y que los días de mucho calor me tiren a una fuente, que odio las películas lentas de ver y rosas pastel, pero que me encantan las partes amor en las novelas. Ni por asomo sabrías decir que me gusta vestir con los tonos fríos, que mi lunar favorito de mi cuerpo esta en mi espalda, y que odio el dedo meñique de mi pie derecho. Porque no sabes que sueño todas las noches lo que yo quiera soñar, y que antes de dormirme me propongo durante un segundo olvidarte, y ¡DIOS! que segundo más malo.. que me encanta escuchar canciones una y otra vez, hasta que me las sepa de memoria y hasta que las aborrezca... Y es que no te das cuenta, de que no te quito ojo, que me preocupo si te veo mal, que me pongo contenta si me sonríes, y que cuando hablo contigo me pongo enferma, sudo frío y el pulso se me va como loco a cien... Y es que, no me conoces, en realidad no. Pero, eres la persona del mundo que más me conoce y la única que quiero que me conozca.. aun que tu esto, no lo sepas.
Solos tú y él, abrazados, sin decir nada, en silencio. Pero no es un silencio incómodo, es un silencio apetecible, unos segundos en los que no hace falta decir nada, sólo basta con mirarse, sonreír y dejarse llevar, mirando juntos hacia el mismo lugar. Da igual si estás en un sitio precioso, rodeado de árboles, cascadas preciosas, en un atardecer maravilloso... o si estás en una calleja, sentada en un cancho a la luz de la luna, mirando las estrellas, pasando frío. Da igual también si te ha dado una sorpresa, te ha ido a buscar con su mejor sonrisa, su mejor traje y un ramo de rosas para ti... o si le has dicho tú que fuera donde estabas, le has estado esperando, y ha venido con cara de frío, con un vaso en la mano en lugar del ramo de flores y con el bañador en lugar de su mejor traje. Da igual, eso son detalles sin importancia, lo verdaderamente importante es que estáis juntos los dos, sin necesitar ramos de flores, ni trajes preciosos, ni sorpresas bonitas, NADA. Sólo importáis tú y él, él y tú. Es en ese momento, cuando olvidas todo lo demás, lo que para alguien es importantísimo y para ti son detalles insignificantes, que carecen de importancia, cuando te das cuenta de que verdaderamente te gusta, de que no necesitas NADA, bueno sí, necesitas una única cosa en el mundo... a él.