Durante la adolescencia abusamos de lo imposible, del nunca, del siempre, del fracaso, del éxito y de lo eterno. Y es que cuando somos jóvenes es cuando se vive intensamente. Cuando un día puedes contra todo y nada te parece imposible, y otro puede que dudes de hasta tu nombre. Es cuando crees que el siempre existe y el nunca también. Es cuando más errores cometes pero cuando más aprendes. Puede que nos pasemos de superficiales, pero al menos nosotros sabemos lo que es vivir, sabemos coger un momento y hacerlo inolvidable, sabemos vivir nuestra vida como si cada instante fuera el último pero al mismo tiempo fuéramos a vivir para siempre. Porque por mucho que digan, hacerse adulto solo sirve para aparentar, para hacernos más cobardes y para querer complicarlo todo.La vida es solo para ser feliz, que solo hay una que aun por encima se nos hace corta a todos. Que hay que vivir, disfrutar, cambiar lo que no nos gusta por lo que si sin reparar en apariencias, sin complicarse, sin temer al cambio. Porque dicen que de esta vida no nos llevamos nada cuando morimos, pero no quiero pasar mis últimos momentos arrepintiéndome de mis decisiones ni de como he vivido mi vida.

4 de octubre de 2011

No me hace falta mirarlas para saber que están pensando. Puedo sentirlo, ellas simplemente forman parte de mi, de mi yo interno, son mas que yo. Juntas, somos mas que todo, mas que eso, mas que un siempre que es como un si que nunca acaba. Ellas me llenan de alegria, de risas, cuando me siento mal. Ellas, gastan bromas como cualquiera, pero sus bromas son especiales. Ellas echan piropos de la  manera mas sensata y mejor que te puedas echar a la cara, y te tienes que reir, porque es mirarlas y sentir que se para el mundo. A mi no me hace falta nada mas, y hablo en serio, porque lo saben todo de mi, no tengo por qué ocultarles nada, nos entendemos a la perfección y quizás sea por eso por lo que jamás me arrepentiria de haberlas conocido. De una tarde lluviosa, con el cielo completamente negro y  cargado de nubes, juntas sacamos una tarde en casa de alguna comiendo palomitas yviendo una peli romántica, de la cual salimos todas llorando. Y eso se queda en un gran recuerdo. Cada una me ha enseñado una cosa, y un beso cuando lo necesitas, un "maxi-abrazo" cuando saben que lo necesitas. Quizás una mirada cargada de ironías que llevan al contagio de risa  incontrolable, de quedarnos sin respiración, de pegar golpes y de no parar. Empezar escuchando canciones "canis" de las que nos reimos al principio y despues nos terminan gustando, tanto, que la cantamos a todas horas.
Estoy segura que no quiero mas, que con ellas tengo mas que suficiente, tan segura
que son la puta razón de mi sonrisa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario