Durante la adolescencia abusamos de lo imposible, del nunca, del siempre, del fracaso, del éxito y de lo eterno. Y es que cuando somos jóvenes es cuando se vive intensamente. Cuando un día puedes contra todo y nada te parece imposible, y otro puede que dudes de hasta tu nombre. Es cuando crees que el siempre existe y el nunca también. Es cuando más errores cometes pero cuando más aprendes. Puede que nos pasemos de superficiales, pero al menos nosotros sabemos lo que es vivir, sabemos coger un momento y hacerlo inolvidable, sabemos vivir nuestra vida como si cada instante fuera el último pero al mismo tiempo fuéramos a vivir para siempre. Porque por mucho que digan, hacerse adulto solo sirve para aparentar, para hacernos más cobardes y para querer complicarlo todo.La vida es solo para ser feliz, que solo hay una que aun por encima se nos hace corta a todos. Que hay que vivir, disfrutar, cambiar lo que no nos gusta por lo que si sin reparar en apariencias, sin complicarse, sin temer al cambio. Porque dicen que de esta vida no nos llevamos nada cuando morimos, pero no quiero pasar mis últimos momentos arrepintiéndome de mis decisiones ni de como he vivido mi vida.

17 de marzo de 2012

No te pido que seas el amor de mi vida

Solo quiero que lo seas este día. Y el que sigue. Y el que sigue... Y haber que pasa.
No busco que me mires siempre con una sonrisa plena, aunque estés enfadado. Ni siquiera espero de ti un enorme abrazo en cuanto me veas cada día, ni pretendo que me beses con pasión en cada instante. Tampoco quiero que me mimes como si fuese una niña chica, ni que no me trates como una adulta, porque no lo sea todavía. No quiero un '¡Feliz San Valentín!' el catorce de febrero, ni que me hagas enormes regalos en cada aniversario. No quiero que me des la mano por la calle, ni que rocemos nuestros labios delante de la gente. Mucho menos, espero que me digas cada segundo un 'Te quiero' sin el más mínimo significado. Ni versos cursis o románticos, ni cenas regaladas, ni flores que hay que poner en agua, aunque tampoco de plástico. Ni siquiera espero que me entiendas, ni pretendo entender yo tus rarezas.
Sólo quiero que, cuando estemos solos, parezca que sea la primera vez que te mire a los ojos y pueda pensar: Acabo de enamorarme otra vez más.
 


13 de marzo de 2012

Yo siempre quise pisar la luna.


Soy un alma libre. De esas que se despierta en una ciudad y se duerme en otra. Siempre pensé que las reglas están para romperlas, que la vida está para vivirla al límite, que hay que buscarle el lado arriesgado a las cosas, que sino no hacen gracia. No se donde está el límite, aunque es cierto que se donde no lo está, aunque tampoco me importa, yo no tengo límites. Las barreras son para los pocos soñadores, y yo siempre quise pisar la luna.

8 de marzo de 2012

The guardian

- ¿cuando hemos envejecido? 
- Yo siempre he sido vieja Ben, y ¿sabes qué?, no me importa. Los músculos me duelen porque los he utilizado, ahora me cuesta subir esas escaleras porque he subido todas las noches para tenderme junto al hombre que me amaba, tengo unas cuantas arrugas si, pero he visto miles de cielos y días soleados, si. Yo soy y me siento asi porque he bebido y fumado, vivido y cantado, sudado, amado, bailado y hecho el amor tanto que he tenido una vida estupenda, en serio. 
Envejecer no es malo Ben. 
Envejecer, es un premio.